Cuando aparece un nuevo sistema operativo, como norma general da la sensación de que el que tenemos en casa ya se ha quedado anticuado y que necesitamos comprar uno nuevo, uno con características técnicas más avanzadas y actuales. Sin embargo, muchas veces no podemos hacer frente al coste que supone hacer una renovación de equipos.
No obstante, el mundo de la informática oferta alternativas a la compra de ordenadores y componentes nuevos o de última tecnología, sobre todo si se sabe buscar y se tienen algunos determinados conocimientos sobre lo que podemos necesitar realmente.
Una de las opciones que pueden resultar más rentables si de verdad necesitamos un ordenador nuevo es comprar un equipo de segunda mano e instalar el software necesario para que nuestras necesidades se vean cubiertas pero que no ocupen una cantidad excesiva de recursos. En este tema nos puede ayudar mucho el software de código abierto, también llamado opensource.
Dentro de este tipo de software podemos encontrar todo tipo de soluciones, desde sistemas operativos completos que necesitan muy pocos recursos para funcionar hasta programas avanzados de ofimática, diseño o edición y que muchas empresas utilizan por sus requisitos reducidos y su escaso precio, algunas veces incluso gratuito.
Tan extendido está el uso de sistemas de código abierto que incluso los organismos oficiales están dotando muchos de sus puestos con ordenadores usados a los que se les instalan estas soluciones y que suponen un gran ahorro de costes sin que por ello se vean ralentizada la efectividad de los servicios.