Últimamente nos estamos adaptando demasiado a cambiar y renovarnos todo el tiempo con la tecnología y otros productos que andan rondando en nuestros hogares. Cambiamos el TV viejo por un LCD, el sillón que ya nos duele el cuerpo cuando recostamos por un futton súper moderno, el móvil por un ultimo smartphone tamaño extra grande, la heladera de toda la vida, por una que casi nos habla a la hora de abrirla…y así podríamos nombrarte millones de productos que no paramos de cambiarlos.
Y es una opción genial y una reacción sensata. Pero muchas personas a la hora de decidir cambios para mejorar y actualizarse, deciden tirar eso viejo a la basura, venderlo o regalarlo al primero que pase.
Lógicamente estos cambios son desencadenantes de la era que vivimos donde permanentemente nos están generando un consumo mas abundante con su innovación, tentando y vendiendo nuevos productos sin darnos tiempo a llegar a disfrutar el que tenemos todavía.
La idea de hacer estos cambios y renovarnos es la ideal, mas allá del beneficio que seguramente conlleva, pero estaría bueno que optemos por darle la posibilidad a lo viejo, de que siga siendo útil.
Invertir en eso que ya no usaremos, por reciclarlo y darle otras funciones que seguramente nos darán nuevos beneficios o satisfacciones.
Algunos ejemplos, con tu heladera vieja, puedes pintarla y transformarla en un mueble muy cool y atractivo para tu cocina, manteniendo la imagen y sustituyendo la función que tiene para todos. Es una inversión que te lleva a gastar poco dinero y ambientas tu casa con poco dándole un toque creativo.
Existen muchas opciones de invertir poco para disfrutar de algo nuevo sobre lo viejo. No dejes de probar las opciones.